Kasparov

(Post 6. 08/06/2010. La Paz, Bolivia).
El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado que el día 23 o 24 de junio jugará una partida de ajedrez con el ex campeón mundial ruso (e ídolo) Gary Kasparov.
Para los que todavía duden de que el mandatario no podrá aguantar ni un round contra Kasparov, lean, a continuación, uno de los capítulos más escondidos de su biografía, narrada por él mismo frente a todos los periodistas de La Paz.
"Cómo aprendí a jugar a ajedrez", por Juan Evo Morales Ayma, presidente de Bolivia.
Cuando estaba en la escuela de Orinoca, mi padre, siempre muy responsable con sus hijos, compró un diccionario: el diccionario llamado Larousse, que es el grueso, el grande. Ha sido el primer diccionario que ha llegado a Orinoca. Estoy hablando de la década del 60. Yo andaba cargando el diccionario. Y leía partes, entendía, y finalmente encontré "ajedrez". Traté de entender el ajedrez, y era raro. Hice mi interpretación, pero no había tablero de ajedrez con fichas. Tenía a mi padre para que me compre ajedrez, cada vez que viajaba a la ciudad de Oruro le decía que me comprara un ajedrez. Mi mamá escuchaba: "Entiende al Evito, con el ajedrez, cómpreselo. ¿Qué es ese ajedrez?" Mi madre tampoco sabía. Y una vez, no recuerdo si era en vacaciones finales o invernales, pero mi padre ha vuelto con un tablero de ajedrez. De esos conocidos como chinos, rojos y negros. Tuve el ajedrez, y me armé con mi diccionario, y como nadie sabía en Orinoca, yo mismo jugaba. Yo mismo estaba en las dos partes del tablero, las fichas negras y las rojas. E hice mi propia interpretación. ¿Cuál era la interpretación? Entendí cómo se avanza, cómo se juega perfectamente, cómo se colocan las fichas, leyendo el diccionario 'Larós', o Larousse como dicen. Pero el peón, cuando avanzaba, no capturaba en diagonal, sino que en la misma línea transversal. Y con el alfil, como avanza en diagonal, en la recta encontraba dos o tres fichas, e igual capturaba, con el alfil. Con la torre igual: transversal que avanza, si en la recta dos o tres fichas enemigas, capturaba las tres o cuatro fichas hasta llegar al extremo, donde ya no podía capturar. Hice mi propia interpretación: con el caballo, la reina... Con el rey también tuve muchos problemas. Yo les enseñaba a los chicos: mis compañeros estaban sorprendidos, praticamos por aquí y por allá. Andaba cargando mi tablero de ajedrez, celoso de mi ajedrez porque era el único que había en Orinoca y en los tres ayllus. Y los profesores sorprendidos. Siento que ninguno de los profesores sabía jugar a ajedrez, y miraban. En la escuela, por la noche, los compañeros venían, esperaban su turno, "yo también quiero jugar", y les enseñaba. Pero otra vez, después de las vacaciones, vuelven nuevos profesores. Y uno me dice: "Evito, ¿sabes jugar al ajedrez?" "Sí", le digo, "sé jugar". "Jugaremos". Y empezamos a jugar. Y me dijo: "No, el alfil, si bien es la dirección que tiene que avanzar, que está muy bien en diagonal, no puede capturar dos o tres; apenas puede uno capturar". "No, no es así", le dije, "tengo mi libro, mi diccionario". "Evito, estás mal". Y me empezó a corregir. Incluso llevé a mi profesor a mi casa, para hacerle leer el diccionario. Hemos leído juntos, me enseñó a interpretar. Y la verdad que yo estaba equivocado: no pude entender bien el diccionario, me ha corregido. Y aprendí mejor, mejoré mi ajedrez. Así aprendí a jugar a ajedrez.
Tiembla, Kasparov.


A Rússia - Antònia Font

1 comentaris:

Anònim ha dit...

A casa ens fa falta un Evo, coi.

JM

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