Garra

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(Post 20. 28/07/2010. Chimoré, Bolivia)
49 soldados firmes bajo el calor abrasador de El Chapare. 49 soldados, uniforme verde camuflaje, fusil en mano. 49 soldados que terminan su formación como guardianes antidroga. 49 soldados que reciben la visita de sus familias al finalizar su curso.
49 mujeres que en su hombro podrán portar, a partir de ahora, un parche que ponga "Garras", nombre de su grupo, después de que sus instructores se las pegaran con un imperdible antes de darles una palmada justó ahí, donde la punta del imperdible toca piel, para que se clave levemente en un pinchazo bautismal.

A las 8.00 en la base militar de El Alto. Será mi primer vuelo en avión del Ejército, un Hércules para ser más exactos. Nervios, cero. Pero es gracioso sentirse rodeado de tanto uniformado. No sé si sentirme como un capo de la droga, como un terrorista islamista o como un soldado al servicio de la Patria.

Desde el primer momento me doy cuenta de lo necesarios de los tapones. Qué ruido más infernal, dios. Imposible. Hélices gritando su esfuerzo supremo para levantar al aire tal mastodonte aviador, lleno de soldados que viajarán con nosotros hasta Chimoré, en medio de la región cocalera de El Chapare. Desde que fui a Cochabamba para la Cumbre Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático (CMPCC), que creo que no salía de la ciudad de La Paz por trabajo. Ya era hora.
El viaje, cerca de 50 minutos. Muy poco movimiento, pero el ruido es incesante. A los militares parece que ni les molesta: deben estar más que acostumbrados. Ni me atrevo a preguntar de qué año es el avioncito. Por si acaso.
Tengo que reconocer que me costó abrocharme el cinturón de seguridad, una tira de tela con una hebilla demasiado extraña. Efectivamente, me tienen que ayudar. El asiento, una malla de plástico duro. Suerte que, sobre la cabeza, caen lo que parece ser unas asas para gente miedosa. Me tengo que agarrar a ellas para el aterrizaje en la base militar.
El acto en sí no valió la pena; así que, sin duda, fue lo mejor de todo mi primer viaje en Hércules.
El segundo, el de vuelta, no fue tan... tan. De hecho, igual que el de ida. Pero con todo el mundo durmiendo.
Eso sí: con 4 litros de yogur casero de durazno entre las piernas.

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(Post 19. 28/07/2010. La Paz, Bolivia)
El lector detallista se habrá fijado que algo ha cambiado en éste, mi (humilde) blog.
El primer detalle, que los últimos textos ya no tienen foto. Ni canción asociada. No se me asusten: es por falta de tiempo. La misma falta de tiempo que ha hecho que no vuelva a retomar esto hasta pasado más de un mes de la última actualización. En parte fue eso; en mayor medida, las faltas de ganas. Demasiadas cosas han pasado en este último mes, como para ponerme a escribir. Nada, nada; mejor dejarlo como está antes de convertirlo en un mar de lágrimas y penas.
Pero eso no significa que deje de poner imágenes y sonidos: cuando tenga tiempo, haré un repaso y actualizaré todo. Me costó lo suficiente encontrar un diseño que me gustara como para cambiarlo a las primera de cambio.
Otra variación está en la barra lateral, donde pongo lo que leo, escucho y miro. En lo que leo, se podrán fijar que, por fin, terminé la "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" de Murakami. Como dije en mi twitter, creo que en poco tiempo deberían darle el Nobel de literatura. Y, para sus fans, estar atentos al estreno de la película de Tokyo Blues, Norwegian wood, su mejor novela (a mi parecer). Sea como sea, seguro que al salir del cine diré eso de "es mejor el libro". 
En un segundo punto, en el de las cosas que se ven, creo que lo he organizado mejor. Las series están organizadas por las temporadas concluidas que he visto; las películas, las intento puntuar en base 5.
Y, como ya habrán visto desde hace tiempo, en las cosas que suenan ya hace tiempo que no pongo links. Es lo que tiene estar en Bolivia: Spotify no funciona. Cuando vuelva a la civilización, será lo primero que haré.
Ah!, me lo dejaba. Puse el link a mi cuenta de Flickr.
Por todo esto, y más, el cambio a la versión 2.1
Espero ser un poco más regular con mis textos a partir de ahora. Pero, como siempre, no prometo nada.

Norwegian wood - The Beatles