Idiota

(Post 27. 14/11/2010. La Paz, Bolivia)

Amor idiota.
La vida del idiota es más fácil que la del resto. Sin explicaciones, sin complicaciones. Una única excusa para todo: soy idiota. Y listo. Solucionado. Fin de la historia.
La película de Ventura Pons no es la mejor de la historia, que digamos. Sí, el título es sugerente, y la historia no está del todo mal. Un idiota que se comporta como un idiota. Nada más fácil que eso. Otro de los personajes fracasados y hundidos de sus películas, siempre con seres hundidos que no levantan cabeza si no es a través del sexo, sea de la forma que sea.
Pero estando sentado en la butaca 11 de la fila 1 de la Cinemateca algo se removió.
Volví a ver imágenes de Barcelona. Volví a ver gente hablando en catalán. Volví a ver a un tipo fracasado por amor; locamente enamorado de la persona que no puede ser.
Tuve ganas de llamarla.
Pero eso sería una opción idiota. En el sentido más amplio de la palabra, una tremenda estupidez.
Un idiota lo tendría más fácil: llama, y, como es idiota, puede quedarse callado el tiempo que sea sin que la otra persona espere nada, a sabiendas de que, como es idiota, quizá no quería nada. Pero no he llegado a ese punto, y, es más, tengo tantas cosas que decir que no sabría por dónde empezar, por miedo a estropearlo todo todavía más y decir cosas sin sentido y que no vienen a cuento.
Pero, si hubiera podido, si la sala hubiera estado vacía, si fuera un idiota... Sólo quería escuchar su voz, un "¿hola?" de convención relacional al responder el teléfono, decir la tontería "no sé por qué te llamo, adiós", colgar, oir el pitido incómodo del fin de la llamada.
Me siento estúpido escribiendo de todo esto.
El amor no es que sea idiota. Es que es muy puto.


El amor era ésto - Astrud

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